
Carmen Herrera: Líneas de Visión
Los cosmólogos dicen que cuando miramos al espacio exterior, miramos hacia atrás en el tiempo. Las galaxias que vemos a través de telescopios pueden no existir ya. Pero, ¿importa eso a la luz? Está aquí ahora para ayudarnos a ver. ¿Por qué complicar las cosas? Carmen Herrera es alguien que cree en la simplicidad. Como artista, tiene mucho en común con la luz cósmica. Comenzó a pintar en la década de 1930, pero no vendió su primera obra de arte hasta los 89 años, a pesar de estar conectada con algunos de los artistas más famosos e influyentes del siglo XX. Ahora, a los 101 años, está disfrutando de su primera retrospectiva en un museo, en el Museo Whitney de Nueva York. Titulada Lines of Sight, la exposición incluye obras que abarcan el período temprano de su carrera, desde 1948 hasta 1978. Junto a las obras, una narrativa explora las posibles razones por las que Herrera ha pasado la mayor parte de su carrera trabajando en casi total anonimato. Era una mujer nacida en Cuba en el mundo del arte del pasado, dominado por hombres blancos, ideológico y prejuiciado. Pero aunque algunos elementos de esa narrativa son innegables, la historia le quita poder a una artista segura y talentosa. Una explicación más simple es que Carmen Herrera simplemente eligió su propio tiempo, que es ahora. Elegimos simplemente permitir que su luz nos ilumine, sin importar cuánto tiempo haya viajado para llegar aquí o qué se interpuso en su camino.
Interpretaciones de Superficie
La observación más sorprendente que se aprecia al recorrer Lines of Sight es la transformación que es evidente en la obra a lo largo de la exposición. Las obras están dispuestas en un orden aproximadamente cronológico, lo que permite a los espectadores considerar la evolución formal y conceptual que Herrera experimentó a lo largo de los años. Desde una perspectiva material, vemos que Herrera comenzó pintando sobre arpillera áspera. Se necesita una gran cantidad de pintura para cubrir los amplios agujeros en una superficie de arpillera. Además de sus cualidades abstractas, pinturas como A City, pintada en 1948, y Siete, pintada en 1949, poseen una calidad cruda, emotiva y pictórica debido a la fisicalidad y materialidad de sus superficies.
También es evidente en estas primeras pinturas la forma en que Herrera utilizó el lienzo en comparación con cómo trabajó más tarde en su carrera. Pinturas como Campo de Combate contienen una relativa multitud de formas y colores en comparación con sus obras posteriores. Y varias de sus obras de finales de la década de 1940 y principios de la de 1950 juegan con nociones de ilusión óptica y simbolismo, basándose en patrones y sistemas visuales complejos. En todas estas primeras pinturas hay una sensación de que Herrera ve el lienzo como el soporte para una imagen, y que las preocupaciones con las que está trabajando están todas contenidas justo allí en la superficie de la obra.
Carmen Herrera - París, 1948 - 1954. Vista de la exposición
Una arena ampliada
Durante una estancia en París, Herrera desarrolló la perspectiva de que tenía demasiadas cosas sucediendo en sus pinturas. Se interesó en simplificar su trabajo. Comenzó a limitar su paleta a solo uno o dos colores, y redujo drásticamente su vocabulario de formas. Esta transformación se presenta de manera hermosa como la pieza central de Lines of Sight, a través de una selección de obras de una serie que Herrera realizó en la década de 1950 conocida como Blanco y Verde. Estas obras utilizan todos los colores verde y blanco, además de depender de formas tan escasas que a menudo parecen más líneas.
Junto con el objetivo que Herrera se propuso para simplificar su paleta y su lenguaje de formas, también cambió la forma en que veía la esencia de las pinturas como objetos. Comenzó a ver sus lienzos menos como superficies sobre las que pintar, y más como objetos que habitan el espacio. Comenzó a continuar sus formas pintadas más allá de la parte frontal del lienzo y hacia los lados, y creó composiciones que se proyectaban más allá de los límites del lienzo, hacia el espacio.
Carmen Herrera - Campo de Combate, 1952; Jardín Verde, 1950; Sin Título, 1947-48 (De Izquierda a Derecha)
Mitos de la creación
Ampliando su visión de las pinturas como objetos, Herrera también comenzó a trabajar en el espacio tridimensional, creando objetos que se sitúan directamente en el suelo o que son escultóricos en su presencia pero cuelgan de la pared. A través de tales obras, Herrera permite a los espectadores habitar plenamente sus proposiciones estéticas. La oportunidad de considerar cuidadosamente y en su totalidad estas formas y la manera en que ocupan su entorno ofrece una comprensión contemplativa ampliada del resto de las obras en la exposición.
Desde una perspectiva particular en la exposición, esa capa contemplativa se abre maravillosamente, ya que vemos a Herrera explorando la misma conversación espacial a través de una variedad de obras en exhibición: una pintura de la serie Blanco y Verde, un objeto escultórico rojo monocromático apoyado en el suelo, y un objeto escultórico amarillo monocromático colgado en la pared. Aquí se comunica algo tanto simple como profundo. Estos objetos pueden definirse según sus diferencias, que son obvias. Pero con un cambio en la percepción, podemos apreciarlos mucho más por sus similitudes, y así sumergirnos en una celebración de su esencia común.
Carmen Herrera - 1962-1978 - Vista de la exposición
Domina una cosa
Herrera ha demostrado que las nociones más importantes pueden expresarse en los términos más simples. A través de su arte, expresa proposiciones simples y directas. Su obra comunica algo así como un enigma zen: que si intentas enfocarte en todo, terminarás sin entender nada, pero si dominas una cosa, puedes entenderlo todo.
Lo que quizás es más revelador sobre Herrera como artista y como ser humano es que a lo largo de Lines of Sight, existe un sentido de continuidad. Cada obra en exhibición posee su propio sentido de sí misma, pero el cuerpo más grande de trabajo tiene influencia sobre las consideraciones individuales. Esta es una exposición sobre relaciones, y sobre cómo vemos las partes en comparación con el todo. Revela cuán fácil es centrarse en lo inconsecuente y lo mezquino, que no hacen más que complicar nuestras vidas. Nos invita a abandonar la ideología y los prejuicios, y a aquietar nuestras mentes y simplemente mirar.
Carmen Herrera - Negro y Blanco, 1952 - Verde y Blanco, 1956 (De Izquierda a Derecha)
Imagen destacada: Carmen Herrera - Líneas de visión, Vista de la exposición (Crédito: IdeelArt)
Por Phillip Barcio