Artículo: Abstracción Geométrica: NO Otra Historia Heroica de Malevich y Mondrian

Abstracción Geométrica: NO Otra Historia Heroica de Malevich y Mondrian
Por qué las líneas rectas siguen siendo importantes
La abstracción geométrica es una de esas historias del arte que todos creen conocer. Unos pocos cuadrados de Malevich, un Mondrian en colores primarios, algo de Op Art que hace que tus ojos duelan, y luego la historia supuestamente termina. En la mayoría de las etiquetas de museos y libros generales, aparece como una narrativa lineal, heroica y algo austera: un pequeño grupo de pioneros hace una serie de avances, cada uno conduciendo ordenadamente al siguiente, hasta que el capítulo se cierra.
Sin embargo, la persistencia de líneas rectas, cuadrículas y estructuras codificadas en la pintura, escultura y trabajo digital contemporáneos sugiere algo más. La geometría no es un capítulo cerrado; es un lenguaje vivo que los artistas siguen reaprendiendo, cuestionando y adaptando a nuevos propósitos. En lugar de volver a contar esa narrativa lineal heroica, este artículo sigue un conjunto de tensiones que atraviesan la abstracción geométrica desde principios del siglo XX hasta hoy: espiritual vs. racional, utópico vs. irónico, mano vs. código.
(Y para aquellos de ustedes que están aquí estrictamente por la historia básica, y seamos honestos, algo aburrida de la Abstracción Geométrica, siéntanse libres de desplazarse directamente a las Preguntas Frecuentes al final de esta página: ¡cubre perfectamente la versión de libro de texto!)
Cuadrados espirituales y fe no objetiva
A principios del siglo XX, la geometría no era la herramienta de diseño limpia y secular que pensamos hoy. Era profundamente extraña. Para artistas como Wassily Kandinsky y Kazimir Malevich, la geometría era un vehículo para lo oculto. Muy influenciados por la Teosofía y la idea de que las "formas de pensamiento" podían ser visibles, veían el triángulo y el círculo no como formas, sino como dramas condensados de fuerzas.
Cuando Malevich pintó su Cuadro Negro, no fue un ejercicio formalista; lo llamó un "icono desnudo y sin marco" para una nueva religión. El compromiso fue total: cuando murió en 1935, un Cuadro Negro fue montado en el capó del camión que llevaba su ataúd, como una bandera regimental. Esta línea, donde el borde duro sirve al espíritu suave, persiste. No se trata de matemáticas; se trata de respiración.

C63 por Elizabeth Gourlay (2022)
Vemos este legado en la obra de la fallecida Elizabeth Gourlay (1961–2024). Su práctica nunca se trató de la rigidez de la línea sino de su resonancia. Al igual que los primeros pioneros que buscaban una música visual, las composiciones de Gourlay funcionaban como partituras. Sin embargo, donde Malevich buscaba un punto cero radical, Gourlay encontró una acumulación meditativa, usando sutiles cambios de color y tono para crear una geometría que parecía crecer en lugar de construirse, un "gráfico de un estado mental" más que un plano.
Utopías en Colores Primarios y Arte Concreto
Una fe diferente surgió con De Stijl y el Constructivismo, y más tarde con el Arte Concreto. Aquí, la cuadrícula no era una ventana al alma, sino un modelo para una sociedad mejor. El momento definitorio llegó cuando Theo van Doesburg publicó su Manifiesto del Arte Concreto en 1930, declarando que "nada es más real que una línea, un color, una superficie." La idea era radical: una pintura abstracta abstrae de la realidad (como un árbol simplificado), pero una pintura concreta es su propia realidad. No miente.
Esta búsqueda de un arte de absoluta claridad, libre del desorden de la emoción, creó un tipo específico de intensidad silenciosa. Esta atmósfera es palpable en el Musée d’Art Concret en Mouans-Sartoux, un lugar que nosotros, en IdeelArt, visitamos a menudo. Nos recuerda que esta forma específica de abstracción ofrece una experiencia física de paz, un santuario de lógica en un mundo caótico.
XXIV 33 212 (Díptico) por Pierre Muckenstürm (2024)
Esa sensación de estabilidad "concreta" es central para Pierre Muckensturm. Él no intenta expresar un sentimiento fugaz; está construyendo un objeto. Al organizar sus lienzos alrededor de intervalos y pesos cuidadosamente calibrados, crea una quietud que se siente inevitable. Es una continuación contemporánea de la promesa del Concreto: que una imagen perfectamente equilibrada puede, quizás, inducir una mente equilibrada.
La Cuadrícula, la Ciudad y el Signo
A medida que avanzaba el siglo, la cuadrícula migró de un plano utópico a algo más ambivalente. Comenzó a parecerse a las barras de una prisión o al diseño de una hoja de cálculo. En los años 80, el movimiento Neo-Geo, liderado por artistas como Peter Halley, reinterpretó el cuadrado no como un vacío espiritual, sino como una "celda"—haciendo referencia tanto a las células biológicas como a las celdas de prisión, conectadas por los "conductos" de la infraestructura moderna.

Large Test Pattern 3 de Tom McGlynn (2002)
El artista geométrico hoy a menudo actúa como un decodificador de este paisaje urbano. Estamos rodeados de gráficos instructivos, mapas de metro y señales de advertencia. Tom McGlynn opera en este lenguaje vernáculo. Trata el ruido visual de la ciudad - escaparates, señalización, logotipos - como datos en bruto, eliminando el mensaje comercial para dejar solo la sintaxis esquelética del entorno urbano.

Enchantment Hurdu de Philippe Halaburda (2020)
De manera similar, Philippe Halaburda mapea un tipo diferente de territorio. Sus "psicogeografías" parecen mapas de tránsito frenéticos o placas de circuitos explotadas, capturando los flujos invisibles de datos y movimiento que definen nuestras vidas. Donde Mondrian pintó el boogie-woogie de la cuadrícula de Nueva York, los artistas contemporáneos pintan la sobrecarga de la granja de servidores.
Percepción: Cuando el Ojo Falla
Si la abstracción temprana era seria, la mitad del siglo trajo un "hack" al sistema operativo humano: el Op Art. Cuando el MoMA inauguró la exposición "The Responsive Eye" en 1965, la reacción fue visceral: ¡algunos visitantes realmente se desmayaron o reportaron náuseas! La obra de arte no estaba simplemente ahí; estaba haciendo cosas contigo. Artistas como Bridget Riley demostraron que una superficie estática podía generar movimiento, no por magia, sino por la fisiología de la visión.

Mareas de Cristina Ghetti (2024)
Los artistas contemporáneos se han alejado del "asalto" agresivo a la retina hacia vibraciones más sutiles. Cristina Ghetti utiliza el efecto moiré, los patrones de interferencia creados por rejillas superpuestas, pero lo ralentiza. En lugar del vértigo mareante de los años 60, su obra ofrece un zumbido táctil, una frecuencia visual que invita al espectador a ajustar su enfoque. No se trata tanto de engañar al ojo como de poner a prueba sus límites, creando un espacio donde el fallo digital se encuentra con el lienzo pintado.
Armonías geométricas: El algoritmo antes de la computadora
Mucho antes de la IA generativa, los artistas geométricos usaban algoritmos. Sol LeWitt escribió famosamente: "La idea se convierte en una máquina que hace el arte." El trabajo del artista era escribir el código (las reglas); la ejecución era secundaria. Esto conecta con el grupo Oulipo en la literatura: escritores que creían que las restricciones estrictas (como escribir una novela sin la letra 'e') forzaban una mayor creatividad.

Dawn Light Skew 2 por Debra Ramsay (2023)
Hoy en día, este enfoque "algorítmico" es estándar, ya sea que la computadora esté involucrada o no. Debra Ramsay actúa como una registradora humana de datos. Ella rastrea cambios en entornos naturales - los colores cambiantes de un árbol específico durante un año - y traduce esos datos en sistemas rigurosos de líneas. El resultado es una pintura que parece abstracta pero que en realidad es un conjunto específico de datos de tiempo y luz.

Untitled 2023 (Black-Purple) (Left) & Untitled 2023 (Red-White) por Jasper van der Graaf (2023)
Vemos un rigor similar en Jasper van der Graaf, cuyo trabajo deconstruye la misma noción del patrón. Al desplazar y recombinar módulos geométricos, crea un ritmo visual que se siente como un lenguaje que casi entendemos. Es la belleza del sistema: la satisfacción de ver que las matemáticas funcionan, aunque la ecuación permanezca oculta.
Rigor y travesura: Rompiendo la cuadrícula
Existe la idea errónea de que el arte geométrico carece de humor. Pero hay una larga tradición de "abstracción excéntrica." Piensa en François Morellet, quien determinaba las curvas de sus pinturas usando los dígitos de Pi, o Heimo Zobernig, que usa la cuadrícula con una descuidad intencionada e irónica. La geometría puede ser un juego, una forma de establecer una regla solo por el placer de romperla.

12 Shapes por Dana Gordon (2024)
Dana Gordon Dana Gordon opera en esta zona de exuberancia organizada. Sus pinturas se construyen a partir de densos y rítmicos grupos de formas que sugieren una cuadrícula sin quedar atrapadas por ella. Es una forma de improvisación geométrica, muy parecida al jazz, donde la estructura proporciona un ritmo, pero el color y la creación de marcas son libres para improvisar y deambular. El resultado es una "geometría suelta" que se siente viva y consistentemente juguetona en lugar de calculada.

Red Frames de Daniel Göttin (2019, Ámsterdam, Instalación permanente)
En el ámbito tridimensional, Daniel Göttin lleva este juego al mundo real. Usa materiales industriales, cinta, madera, metal, para intervenir en espacios arquitectónicos. Sigue reglas estrictas, pero el resultado está determinado por las irregularidades de la habitación: un ventilador, una esquina, una ventana. Es un diálogo entre el ideal platónico del cuadrado y la realidad desordenada de la pared de la exposición.
Más allá de la superficie plana: geometría violenta
"Lo que ves es lo que ves", dijo Frank Stella, insistiendo en que una pintura es solo un objeto, no una ventana. Esto llevó a los artistas a romper completamente el rectángulo. La artista contemporánea Angela de la Cruz toma famosamente el monocromo geométrico y rompe los bastidores, arrugando la pintura en un desastre escultórico.

Bulge de Holly Miller (2007)
Aunque menos violento, muchos artistas hoy están igualmente comprometidos con la idea de que la geometría debe escapar del plano plano. Holly Miller reemplaza la línea pintada con hilo físico, cosiendo directamente a través del lienzo. La "línea" ya no es una representación; es una tensión física que proyecta una sombra real.

Brand New Day de Tom Henderson (2018)
De manera similar, Tom Henderson se adentra en el ámbito del acabado industrial, usando Plexiglás y óleo para crear esculturas de pared que atrapan la luz y el reflejo, cambiando a medida que el espectador se mueve. Y Louise Blyton desafía las cuatro esquinas estándar de la pintura con sus lienzos con formas y lino crudo, suavizando el borde duro a través de la textura del material natural. Nos recuerdan que la geometría no es solo un concepto mental; es una cosa en el mundo, con peso, textura y consecuencia.

Inside and Outside de Louise Blyton (2020)
Conclusión: Vivir con sistemas
Vivimos rodeados de geometrías que no elegimos: planes urbanos, interfaces, redes logísticas. La abstracción geométrica no solo refleja estos sistemas; ofrece un espacio para examinarlos, ralentizarlos o imaginar alternativas.
Ya sea a través de las partituras meditativas de Elizabeth Gourlay o la decodificación urbana de Tom McGlynn, estos artistas demuestran que la geometría no es una jaula. Es un lenguaje. Y el desafío ahora no es repetir el canon, sino ver cómo estas formas aún pueden hablar en un mundo donde la geometría se ha convertido tanto en nuestro hábitat como en nuestra limitación.





















































